Son once Anestesistas y dos médicos de los policlínicos Pami I y II en Rosario que fueron desvinculados, forzando la suspensión de cirugías. La medida se replicó en todo el país, alcanzando a 180 trabajadores
 
 Pami, la obra social de los jubilados y pensionados, implementó una nueva ola de despidos que impactó en los dos policlínicos que funcionan en Rosario y en otras localidades del país. En total, se desvinculó a 13 trabajadores en la ciudad, incluidos 11 anestesistas y dos médicos. Esta situación forzó la suspensión de cirugías por falta de personal especializado.

La medida afectó a los policlínicos Pami I, ubicado en Sarmiento 373, y Pami II, en Augusto J. Olivé 1159. Además, en localidades santafesinas como Las Parejas y Villa Constitución se notificaron despidos de dos empleados que se desempeñaban en atención al público.

Darío Zarza, secretario general de la junta interna ATE-PAMI, dialogó con La Marca de la Almohada y expresó: “Hubo despidos en los Policlínicos Pami I y II. Específicamente despidieron a los médicos anestesistas de ambos efectores; lo que originó la suspensión de las cirugías”.

La situación no se limita a Santa Fe. Según gremios de trabajadores, las desvinculaciones alcanzaron a 180 personas en todo el país, incluyendo 50 en la sede central de Pami en Buenos Aires. Delegados de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) denunciaron la medida como parte de un plan que “sacrifica los derechos de los jubilados y vulnera a los trabajadores”.

El martes, los empleados desvinculados se encontraron con que sus sistemas de acceso estaban bloqueados, imposibilitándolos de ingresar a sus puestos de trabajo. Los gremios señalaron que entre los despedidos hay trabajadores con más de cinco años de antigüedad, ingresados durante la gestión de la exdirectora Luana Volnovich.

El impacto de los despidos es particularmente grave en Rosario debido a la falta de anestesistas, una especialidad crucial para la continuidad de las cirugías programadas. Según trascendidos, podría haber más desvinculaciones en los próximos días, lo que incrementaría la presión sobre los servicios médicos ofrecidos por la obra social en la región.

En su sede central en Buenos Aires, unos 50 empleados afectados se concentraron en el hall principal tras descubrir que el sistema de ingreso por huella digital había sido desactivado. La situación generó protestas y declaraciones de rechazo por parte de los sindicatos.

“Se están tomando decisiones que afectan directamente a los jubilados, quienes ya sufren las consecuencias de un sistema sanitario con carencias estructurales”, expresaron los delegados gremiales. Según denunciaron, los despidos ponen en riesgo la calidad de atención en una institución clave para la población adulta mayor.