Quienes ya conocen el Mar mediterráneo y sus alrededores pueden asegurar que se trata de una región mágica. El que fuera nodo de conflictos bélicos por la expansión territorial hoy rodea una gran diversidad de paraísos que terminan de embellecerse con el agua turquesa.
Si bien es vasto el territorio, algunas localidades costeras destacan por su encanto único, como es el caso de la famosa ciudad Griega de Santorini. Sin embargo, hay sitios menos conocidos que tienen mucho que ofrecer a nuestros sentidos y vale la pena conocer si recorremos la zona.
A continuación, hacemos un repaso por tres joyas del Mar Mediterráneo que deberíamos visitar sin falta para un viaje del recuerdo.
1. La Valeta
La pequeña capital de Malta, isla localizada entre Sicilia y Túnez, regala una vista paradisíaca a sus visitantes durante todo el año. Simplemente recorrer sus costas de arena y empedradas es suficiente razón para tramitar el permiso ETIAS para ingresar a Europa.
El sitio ofrece, sin embargo, otras actividades además de la caminata costera y el deleite de las construcciones antiguas cuyo terracota revela siglos de historia. Conocer los Jardines Upper Barrakka, el Fuerte de San Telmo y el Palacio del Gran Maestre es una opción para el público en general.
También es posible aprovechar la cualidad peninsular del lugar para practicar deportes acuáticos como el buceo. Por otra parte, podemos navegar y visitar otras islas cercanas.
2. Limassol
Realizamos un viraje de 360 grados para recomendar esta compleja ciudad ubicada en Chipre que ofrece una experiencia completamente radical. Allí se combina a la perfección la costa paradisíaca con una arquitectura moderna y hasta un casco antiguo que evidencia la huella de las invasiones turcas.
El carácter urbano, sin embargo, no logra irrumpir las dinámicas costeras. Una de sus cualidades es la oferta gastronómica y la diversidad de propuestas nocturnas. Podemos afirmar que es un destino ideal para parejas o grupos de amigos que buscan divertirse a lo grande.
No todo es urbanidad en Limassol, ya que la ciudad también cuenta con un casco antiguo, como ocurre en toda la región. Allí podemos recorrer castillos y sitios de renombre como la Catedral Ayia Napa. Incluso, podemos tomar un bus y visitar el sitio arqueológico de Kourion, una suerte de Ciudad más antigua que la construcción de Argos.
3. Dubrovnik
La historia de la ciudad Croata se evidencia en las imponentes secuelas de períodos artísticos como el Renacimiento, el Barroco y el Gótico. Sumado a ello, las murallas y fuertes que le dan encanto son la huella de intensos períodos de enfrentamientos bélicos que acecharon a la isla.
¿Una recomendación? llevar calzado cómodo y ropa liviana para ascender y descender sus calles empedradas, ¡Algunas de mármol! Un recorrido imprescindible es visitar la Ciudad Vieja y deleitarnos con los tejados, iglesias y palacios abiertos al público.
Incluso, si ascendemos a la parte más alta podremos obtener una vista privilegiada del Adriático. Desde la altura, también es posible reconocer la inmensa fortaleza construida para evitar ataques.
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