Seguridad vs Gobierno: Ya pasaron cuatro ministros y once Jefes en tres años y medio de gestión

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Rosario es tierra de nadie. O por lo menos así parece a la luz de los hechos de violencia que se multiplican diariamente y la cantidad de homicidios que va en ascenso: durante los primeros seis meses del 2023 se cometieron 130 asesinatos. A esa dramática situación se le suman otras como las balaceras a edificios públicos, comisarias, comercios y escuelas.

Hasta el momento, el Gobierno provincial no dio en la tecla para frenar la andana de violencia y deslizan públicamente que detrás de los actos intimidatorios que buscan generar terror en la sociedad puede haber sectores vinculados a la política que lo estén orquestando y aprovechan para obtener réditos electorales.

“Algunas cosas no son casualidades, cada vez que hay un proceso electoral recrudecen estos episodios”, dijo el gobernador Omar Perotti días atrás consultado por la prensa. Por el momento, sin pruebas que le den sustentabilidad a la acusación. 

Mientras tanto, los hechos siguen ocurriendo. En las últimas horas, casi al mismo tiempo, se registraron dos nuevos atentados contra una comisaria y una cárcel que fueron la gota que rebalsó el vaso y que aceleró la decisión del Gobierno de remover al Jefe y Subjefe de la policía de Rosario. 

 El ministro de Seguridad, Claudio Briloni, puso en funciones este martes al mediodía a Daniel Acosta como Jefe y Mariano Gobi, como segundo, con la difícil tarea de apaciguar los hechos y enfrentamientos entre bandas. En diálogo con los medios, apuntaron que uno de sus objetivos es “procurar una mayor presencia policial en la calle”.

Dolorosa cifra: más de un asesinato por día durante mayo en Rosario
Casualidad o no, los últimos dos ataques registrados ocurrieron contra dependencias policiales y carcelarias. A nadie escapa ya que la mayoría de estos hechos son cometidos desde el interior de los penales con distintos objetivos: generar pánico en la población, enviar mensajes a otra banda, a las autoridades del sistema carcelario o remover policías de la fuerza. 

En todos los casos, la forma de actuar se repite: personas en moto, en auto o caminando abren fuego durante algunos segundos y se dan a la fuga. En la mayoría quedan registrados por cámaras de seguridad, pero no son perseguidos por la policía. Por impericia o complicidad son muy pocas las detenciones que se registran por este tipo de hechos. 

Desde que asumió la actual gestión provincial, en diciembre del 2019, pasaron cuatro ministros de Seguridad en tres años y medio. A su vez, por la Unidad Regional II de Rosario, once jefes policiales. Mucho para un gobierno que llegó con la ambiciosa promesa de garantizar el orden, terminar con los vínculos del delito en la propia policía, pero que tropezó varias veces con su propia impericia.   

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