La mitad de la banda del presunto dueño de la cocaína adulterada son policías

General LN
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Así surge de dos expedientes judiciales; la participación de esos oficiales (la mayoría, bonaerenses y uno, de la Federal), que cobraban millonarias coimas semanales, permitía a la organización de Alicho controlar el mercado y castigar a sus competidores.
 
 La sola mención de su nombre en el ambiente narco de Loma Hermosa, en Tres de Febrero, y en San Martín provoca miedo entre los propios integrantes de su banda y en sus competidores. Saben que Alicho les manda los sicarios comandados por su jefe de seguridad, conocido como El Gordo Blas o a un grupo de policías bonaerenses que forman parte de su organización.

Actualmente, Alicho, el alias con el que se conoce a Max Alí Alegre, sigue manejando a su banda desde la cárcel. Afuera, cuenta con la complicidad de al menos cinco policías bonaerenses y federales y de su lugarteniente, Lucas H., alias Maluma.

A pesar de que se encarga del tráfico de drogas en la zona de las encadenadas de San Martín y Loma Hermosa, Maluma no vive en la zona. Lucas H., a quien le destacan su parecido con el cantante, alquila un departamento en la avenida del Libertador, en Belgrano y se mueve en automóviles de alta gama.

Al revisar la estructura de la organización criminal dedicada al tráfico estupefacientes se advierte que Alicho sería el verdadero dueño del alijo de cocaína adulterada que se vendió en búnkeres de Puerta 8, la villa 18, villa El Gaucho y barrio Lanzone, que habría provocado las muertes de 24 personas que consumieron la droga envenenada.

Según consta en tres causas judiciales, Alicho está por encima de Joaquín Aquino, más conocido como El Paisa, en la estructura de la banda. Aquino fue detenido con su pareja al día siguiente de que ocurriera la primera de las 24 muertes por el consumo de la cocaína mezclada con carfentanilo, un poderoso opioide 10.000 veces más poderoso que la morfina, usado para sedar elefantes.

 Antecedentes
La vinculación entre Alicho y El Paisa está probada en dos expedientes que se instruyeron en la Justicia federal de San Martín. Por uno de esos sumarios, Alicho fue condenado por tráfico de drogas.

Aquino fue señalado como uno de los punteros que se dedicaba al comercio de estupefacientes en la villa Loyola y como integrante de una "organización que era liderada por Max Alí Alegre. El mencionado Aquino, también llamado ‘el Boxi de Spegazzini’ o ‘Paisa’ formaba parte del grupo que contaba con armas largas y de grueso calibre, y cuyos integrantes se movilizaban en una camioneta VW Amarok y en una Hilux", consta en una de las causas judiciales.

Hasta el momento, Alicho no fue acusado por los 24 homicidios. Tanto él como los otros siete detenidos fueron imputados por tenencia de droga para su comercialización y tenencia ilegal de armas de guerra. En caso de que los peritajes determinen que la droga secuestrada en su poder y de sus cómplices tenga la misma sustancia tóxica utilizada para cortar la cocaína, la Justicia federal podría agravar la imputación a homicidio simple por dolo eventual, un delito con expectativa de condena que va de 8 a 25 años de prisión.

Para la Justicia, El Paisa y Alicho no podrían haber desarrollado la actividad del narcotráfico sin contar con protección policial. Según fuentes de la investigación, en el organigrama de la banda de Alicho figuran, al menos cinco policías.

Debido a que todavía la Justicia no los acusó formalmente en el expediente, las identidades se mantendrán en reserva.

En la actualidad, un policía conocido como "Tierno" se encargaba de retirar el dinero de los puestos de venta en Puerta 8, Lanzone, El Gaucho y la 18. En su perfil de Facebook, este policía se muestra en el green de un campo de golf.

Fuentes de la investigación indicaron que hasta que se desencadenó la crisis de las intoxicaciones con la cocaína adulterada, el "Tierno" concurría personalmente a retirar el dinero en los cuatro puestos de venta de droga. Pero después de las 24 muertes, pidió que le llevaran los sobres con billetes a una estación de servicio de la zona.

Este policía se encargaba de juntar el dinero de la coima para la Jefatura Departamental, el Comando de Patrullas y la División Narcotráfico de la zona. Pero el aporte de la banda narco no se quedaba en las tres dependencias mencionadas.

Otro policía, identificado como Mauro C. que se desempeña en la seccional con jurisdicción en la zona, pasaba a cobrar dos millones de pesos semanales.

Las coimas no se terminan en la policía bonaerense. Un efectivo de la Policía Federal conocido como Fabricio R. alias Rolo, junta el dinero destinado a algunos comisarios de esa fuerza de seguridad.

Fabricio R. es primo de otro uniformado, conocido como "El Tano Carlos", que trabaja para Alicho hace tres años y que fue pasado a disponibilidad de la policía bonaerense después de la condena contra el jefe de la banda, en mayo de 2020.

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