Joaquín Sabina cerró su gira argentina con un impecable show en el Autódromo

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Por Luciano Couso

Joaquín Sabina cerró este miércoles por la noche en el Autódromo Municipal de Rosario el tramo argentino de la gira Contra todo pronóstico, con un show de dos horas ante unas 10 mil personas que tal vez sea la última vez que vean en vivo al músico y compositor español de 74 años.

“De esta gira nunca nos olvidaremos”, confesó el cantautor cuando el concierto llegaba al final y sonaba el clásico “Y nos dieron las 10”, solo que al pasar por la frase “Nos dijimos adiós/ojalá que volvamos a vernos”, alimentó las esperanzas de su público al agregar un recitado “ojalá”.

A esa hora, casi las 23.30, a las 10 mil personas que asistieron a la octava y última presentación de Sabina en la Argentina poco les importaba el viento frío que atravesaba el predio: estaban ante el posible último show del andaluz en el país que lo acogió como a un hijo propio.

Sentado en un taburete, de traje a rayas negras, blancas y rojas y con su clásico bombín, Joaquín Sabina inició el show con “Cuando era más joven” a las 21.37, apenas unos pocos minutos después del horario fijado por la producción del espectáculo.

Las dificultades viales para llegar hasta el predio del autódromo rosarino, ubicado en el extremo noroeste de la ciudad santafesina, hizo que una parte nada desdeñable del público arribara al lugar con el show ya iniciado.

Con una potente banda dirigida por Antonio García de Diego y la destacada participación de la corista Mara Barros, Sabina siguió con “Sintiéndolo mucho”; “Lo niego todo” y “Mentiras piadosas”.

Una de las guitarras, la que estuvo a cargo de Jaime Asua Abasolo, y el saxo del aragonés Josemi Sagasti flanquearon al frontman en “Con la frente marchita”, otro clásico del cancionero sabinesco que desanda una historia de amor en Buenos Aires.

“Para mí la Argentina no es solo Buenos Aires”, afirmó entonces el español, para agregar: “Hay un lugarcito en mi corazoncito que es rosarino porque cuando conocía Buenos Aires eran todos rosarinos”.

Sabina enumeró sus diversas conexiones con la ciudad, como cuando en sus primeras visitas al país conoció a Juan Carlos Baglietto, el disco que grabó con Fito Páez, rememoró su vínculo con el escritor y dibujante Roberto Fontanarrosa y sumó que “el genial (Alberto) Olmedo también era rosarino”. “Y para colmo, ahora que sois campeones del mundo, (Lionel) Messi es rosarino”, dijo entre risas, que por supuesto festejó también el público local.

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