
Hidrovía: el plan de Macri para aprovechar la debilidad de Milei y quedarse con la concesión
Actualidad LPO Juan Casas
Mauricio Macri quiere aprovechar la debilidad política de Milei para concretar el negocio de la Hidrovía. El tema se convirtió en una obsesión para el ex presidente que intentó en varias oportunidades generar las condiciones para el ingreso de la holandesa Boskalis a un negocio estimado en 9.000 millones de dólares, que además asegura el control de la principal vía para ingreso y salida de bienes de la Argentina. Un activo estratégico.
El servicio consiste en dragar y señalizar el canal navegable del río Paraná para garantizar la circulación de los grandes cerealeros al complejo de puertos del Gran Rosario. Desde su privatización en los 90 quedó en manos de una sociedad entre Jan de Nul y Gabriel Romero con una concesión que se venció hace años.
Ahora, Macri quiere que apenas pasen las elecciones se vuelva a lanzar la licitación del canal, que se cayó meses atrás en medio de denuncias cruzadas de corrupción, que en ese momento Santiago Caputo atribuyó a Macri.
El plan de Macri para que Boskalis entre al negocio pese a que le faltan las dragas necesarias, es dividir el río en tres contratos diferentes: así quedaría un tramo para la empresa que empuja junto a la reina Máxima, otro para Jan de Nul y un tercero para la belga Deme, que empujó las denuncias que trabaron la licitación.
El asesor de Macri y Dietrich en la Hidrovía ya tiene fecha para un juicio por defraudación
De esta manera, cree Macri, se logrará destrabar el proceso. El problema es que dividir el mantenimiento del río en tres operadores distintos cada uno con su ramo, es como dividir la concesión de una autopista en tres. Las cerealeras ya advirtieron al gobierno que eese modelo entraña riesgo de operación y diluye las responsabilidades.
Los holandeses de Boskalis pretenden quedarse con la parte del Río de la Plata, en la desembocadura al océano. Jan de Nul, que es la que tiene más dragas, apuntaría a la parte más larga, la del río Paraná. Y luego quedaría el norte que tiene poco interés comercial y económico poque la profundidad es menor y sería más adecuada para una mepresa local, no para una multinacional como Deme, explicó a LPO un operador del sector.
El plan de Macri para que Boskalis entre al negocio pese a que le faltan las dragas necesarias, es dividir el río en tres contratos diferentes: así quedaría un tramo para la empresa que empuja junto a la reina Máxima, otro para Jan de Nul y un tercero para la belga Deme.
Esto abre el punto más conflictivo que sería la posibilidad de partir en dos la parte troncal, lo que generaría un enorme desorden en la concesión.
Por eso, uno de los pedidos centrales de Macri a Milei para acordar su apoyo al Gobierno es que nombre a Guillermo Dietrich a cargo de Transporte y a Miguel Etchevehere en Agricultura. Busca así asegurarse el control de todos los estamentos del Esado con intervención en la licitación de la Hidrovía.
LPO reveló en 2021 detalles del interés de Macri y Máxima, para que Boskalis entre a la Hidrovía, cuando el gobierno de Alberto Fernández inauguró el Consejo Federal de la Hidrovía que debía avanzar en una nueva licitación que nunca se concretó.
La Hidrovía es un negocio de jugosos dividendos en dólares por donde circula más del 80% de las exportaciones argentinas. Con la maniobra de dividir la vía navegable en tres tramos, el ex presdiente busca asegurarse un lugar para Boskalis.
Como la dragadora neerlandesa no cuenta con suficientes buques en la región para cumplir con la totalidad del servicio, necesita que las belgas Jan de Nul y Deme se ocupen de los otros segmentos.
La Hidrovía es como una autopista, debe existir un solo dragador que ponga 12 dragas y que compita en precio y calidad con los otros. Al poner tres tramos, lo que hacen es evitar la competencia y cartelizar precios y servicios.
Hace treinta años que Jan de Nul tiene en la región una decena de dragadoras que operan 24 horas para garantizar la navegación en el Paraná mientras que Romero se ocupa de la señalización que es crítica fundamentalmente en la zona del Alto Paraná para el tránsito de los trenes de barcaza que acercan los granos a las terminales.
La segmentación no es compartida por cerelaleros productores porque dispararía los costos logísticos y afectaría la competitividad de la producción argentina.
"La Hidrovía es como una autopista, debe existir un solo dragador que ponga 12 dragas y que compita en precio y calidad con los otros. Al poner tres tramos, lo que hacen es evitar la competencia y cartelizar precios y servicios", agregó un empresario del río en diálogo con LPO.


