Casi la mitad de los argentinos recurre a la tarjeta de crédito para comprar alimentos en los supermercados

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Países como Dinamarca ya no usan dinero contante y sonante. El uso del dinero electrónico, en cualquiera de sus variantes, es una tendencia mundial. También en la Argentina. Pero un estudio demuestra que en nuestro país, otra causa interviene más allá de la comodidad o seguridad de no llevar efectivo. La recuperación económica anunciada no llega por igual y, por consiguiente, un fenómeno comienza a multiplicarse: casi la mitad de los argentinos recurre a la tarjeta de crédito para comprar alimentos en los supermercados.

Eso se desprende de un trabajo hecho por el Centro RA, dependiente de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Entre diciembre de 2023, inicio de la gestión de Milei, y mayo de 2025, el uso de tarjetas de crédito para realizar las compras de supermercado se incrementó significativamente: pasó del 39% al 46% del total de las compras.

Según este informe, el incremento se dio en paralelo a una caída en el uso de otros medios de pago: las tarjetas de débito retrocedieron del 34% al 27%, mientras que el efectivo disminuyó del 20% al 16%.

Este cambio de hábitos sugiere que una proporción creciente de los hogares estaría apelando al endeudamiento para cubrir consumos básicos mensuales, como alimentos, productos de higiene y artículos de primera necesidad.

Esto es otra manera de medir la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos. El problema no es pagar con tarjeta de crédito, que difiere el pago del gasto hacia el fin del mes, sino si se utiliza para pagar una parte y financiar el resto de la compra. Primero, porque indica que esa compra, de otra manera, no podría hacerse sobre la base de los ingresos de la persona o del hogar.

Por otro lado, ir pagando en cuotas consumos pasados, especialmente de cosas que se consumen en el mes, como los alimentos, produce una cadena de pagos con intereses que se va estirando y ampliando con el paso del tiempo.

Una recuperación lenta, ¿pero no para todos?

El informe de ese departamento de Ciencias Económicas dice que a pesar del inicio de una incipiente recuperación de la actividad económica en el segundo trimestre del año, la demanda de bienes aún no muestra señales claras de recuperación. Según los datos de mayo de 2025, las ventas de supermercados mayoristas se contrajeron cerca de un 5% en términos interanuales, a pesar de registrar un leve aumento (inferior al 1%) respecto al mes anterior.

En el caso de los supermercados, se observa un incremento interanual del 6,1%, aunque con una caída mensual del 1,2%. En línea con esta dinámica, en mayo las ventas de los mayoristas se ubicaron aproximadamente un 34% por debajo del nivel registrado al inicio de la gestión de Milei. Los supermercados se mantuvieron en torno a un 28% por debajo. Transcurridos 19 meses de gestión, el nivel de ventas tanto en mayoristas como en supermercados no ha logrado recuperar los valores de comienzos del mandato.

El crecimiento sostenido de las ventas en supermercados durante los últimos cinco meses no fue suficiente para compensar la caída previa, lo que genera que la caída acumulada en las ventas de supermercados durante la gestión sea cercana al 7%. Por otra parte, las ventas mayoristas profundizaron su retroceso desde el cambio de gobierno, acumulando una contracción cercana al 19%. Esto hace proyectar una escasa probabilidad de recuperación de los mercados a corto plazo.

El informe dice entre otras cosas:

Aumento del crédito destinado al consumo de productos de supermercado. Desde el inicio de la gestión de Milei, el uso de tarjetas de crédito para realizar compras en supermercados se incrementó en 8 puntos porcentuales: pasó de representar el 39% de las ventas totales al 47%. Muchas familias están recurriendo al endeudamiento para adquirir bienes de consumo básico del mes: alimentos, productos de limpieza y otros artículos esenciales.

Según el trabajo de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, los datos analizados reflejan una situación aún delicada en términos de consumo masivo. A pesar de ciertos signos de recuperación, la demanda aún no logra recomponerse plenamente y permanece por debajo de los niveles previos al inicio de la actual gestión

Endeudamiento para el consumo diario

Es una de las principales conclusiones de este trabajo. La persistente contracción de las ventas mayoristas, sumada al creciente uso de financiamiento para la compra de bienes básicos, tiene una explicación: el consumo está siendo sostenido parcialmente por mecanismos de endeudamiento.

Como ya dijimos, si para comprar los alimentes y elementos de uso diario en el hogar hace falta financiar los pagos en el mes, se está ante otro problema aún más grave. Si no se cancela toda la cuenta de la tarjeta con el nuevo salario, queda un remanente que se va estirando y por el que se deben pagar altos intereses. Si esa cadena no se corta en algún momento -por la recuperación de los ingresos- sostener ese nivel de gastos en elementos básicos (como el alimento) puede verse comprometido.

Estos datos, relevados por esa fundación de Ciencias Económicas de la UBA, en conjunto, ponen en evidencia las dificultades que enfrenta el mercado interno para consolidar una recuperación sostenida. Aún con la baja muy significativa de la inflación mensual.

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