Nuevas carreras y planes de no más de cuatro años en la UNR, para “acortar la distancia entre la teoría y la realidad”

General Suma Política
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Por Silvia Carafa

Con la convicción de que se necesita una “segunda reforma”, la Universidad Nacional de Rosario (UNR) lidera en el país uno de los cambios más significativos en el campo de los estudios superiores: la duración de las carreras de grado. Las nuevas carreras o la modificación de planes de estudios no deberán exceder un dictado de 2.600 horas, piso mínimo para la actual normativa nacional, que se traduce en un cursado de ocho cuatrimestres o cuatro años. El Consejo Superior aprobó por unanimidad la medida, lo que revela el consenso sobre su necesidad e importancia. Las carreras que el artículo 43 de la Ley de Educación Superior, reguladas por el Estado, considera de “interés público”, podrán extender ad hoc el plazo fijado.

“La Universidad pública es un enorme capital que tiene la sociedad argentina, pero con la misma firmeza creo que para seguir cumpliendo con su misión es necesario provocar transformaciones en un mundo que cambia vertiginosamente”, explicó a Suma Política el rector Franco Bartolacci, el mismo día en que el reclamo por la inseguridad aquietó aulas y ámbitos educativos. “Que se levante la voz para intentar conmover al poder político, legislativo y judicial, sobre todo aquel que tiene competencia en materia de seguridad pública, desde la Universidad siempre lo vamos a acompañar, como integramos la Multisectorial por la Paz”, comentó.

“Soy de los que cree que hay que provocar una segunda reforma que piense en los desafíos de la universidad; hoy, esto implica a mi juicio darle entidad a una renovación académica, pedagógica y curricular”, argumentó el rector. Y dijo que trabajar sobre la duración de las carreras es una de las medidas que catalizan el cambio, idea que lleva cinco años incubando en conversaciones entre el Consejo Universitario Nacional, el Ministerio de Educación y la Secretaría de Políticas Universitarias.

“Hay consenso”, aseguró Bartolacci, para fundamentar el cambio que ubica a la UNR como la primera en el país en ponerlo en marcha. En la actualidad, la duración de las carreras de grado se rige por resolución ministerial que establece un mínimo de 2.600 horas y cuatro años de duración, y un máximo de 5.500 horas de dictado, y por los estándares que aplican a las carreras contempladas en el artículo 43 citado, sometidas a procesos de evaluación y acreditación, como medicina, ingeniería o arquitectura, a modo de ejemplo.

“Pero después está la realidad”, contrastó Bartolacci. Y dijo que en todo el país y en Rosario, prácticamente todas las carreras están por encima del mínimo de horas exigidas.

Poniendo en relación este dato y los 8 ó 9 años promedio que en la actualidad demanda egresar, es que nace el desafío de acortar los tiempos de cursado, convirtiendo en máximo las 2.600 horas de piso mínimo exigido en la actualidad.

“Con esto buscamos acortar la distancia que hay entre la duración teórica, la que dice el plan de estudios, y la real, ya que en Argentina hay un promedio de egreso de 8 ó 9 años; esto no es razonable y hay que corregirlo en lo temporal, mientras también se trabaja sobre los sistemas de correlatividades y equivalencias, así como la superposición de contenidos y los planes de estudio”, describió sobre las modificaciones sincrónicas que considera necesarias para “promover y facilitar el egreso de los estudiantes, para modernizar los planes de estudio y para estar más en sintonía con lo que pasa en el mundo y tener una Universidad más asociada a las expectativa de quienes hoy se forman en ella”, fundamentó. Y no pasó por alto que esa duración es la que rige en los países que se suelen mirar como desarrollados.

“Además hay un tema más de fondo, y es la idea de que todo lo relacionado a una disciplina tiene que enseñarse en una carrera de grado, que también es una idea de otro tiempo”, enfatizó. Y en ese marco citó la complejidad actual de todas las áreas del conocimiento, lo que implica un aprendizaje constante e interdisciplinario ya que “los problemas se explican desde varias disciplinas; en esta dirección vamos”, al tiempo que advirtió que estos cambios no afectan el prestigio que hoy tiene el sistema universitario argentino.

“Defender ese prestigio con orgullo no quiere decir que no reconozcamos que hay muchas cosas para cambiar, estamos trabajando para poner en diálogo el diseño de las carreras con la sociedad del siglo XXI”, dijo. Y a modo de ejemplo citó la creación de trayectos intermedios en tecnicaturas asociadas a licenciaturas, para que quien no complete una carrera de grado pueda acreditar saberes a través de un título, como también promover la ampliación de las instancias prácticas para que la formación esté más acorde al ejercicio de la profesión.

 Datos que impulsan el cambio

El cambio impulsado por el rectorado de la UNR, que hace punta a nivel nacional, viene precedido por conversaciones en los últimos cinco años. “Soy de lo que creen que no hay que esperar, hay que avanzar con pasos propios, porque en el sistema público en general y las universidades en particular, los cambios demoran mucho; vivimos un momento en la historia de la humanidad donde los cambios son rápidos, cada vez que generamos consenso para un cambio se demora tanto que cuando se aplica ya hay que volver a discutirlo”, describió.

“El peor error que puede cometer una universidad es no tener un fino registro de esos cambios”, enfatizó Bartolacci, consciente de que materializar ese registro no es tarea sencilla. “Es artesanal, cada disciplina tiene sus dificultades y particularidades, vamos a trabajar con talleres, carrera por carrera, escuela por escuela, departamento por departamento, hasta lograr la síntesis que nos conduzca a este objetivo;  hay datos concretos que ponen en evidencia la necesidad de provocar el cambio, hoy el hecho de que la duración real de una carrera sea el doble que la duración teórica no es razonable, como tampoco lo es el hecho de que un graduado necesite ocho o nueve años para recibirse. Que hoy los  jóvenes busquen carreras más cortas y asociadas al mundo del trabajo, también es un dato, lo que nosotros hacemos es prestar atención a esos datos”, enfatizó.

 
Educación pública y seguridad

El anuncio sobre los cambios que impulsa la UNR se dio en el marco de un encuentro de autoridades universitarias de todo el país en Rosario, a cuyo término se difundió un documento a favor de la educación pública como prioridad para los próximos gobiernos, y una invitación a los candidatos y candidatas a presidente a suscribir el compromiso con la educación pública de excelencia como política de Estado.

“En un día tan relevante para el país como fue el Día de la Bandera, que todos los rectores y rectoras del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), hayan llegado a Rosario, fue muy importante”, explicó el rector de la UNR. “Además del encuentro vinieron para solidarizarse por la situación que atraviesa la ciudad en materia de seguridad pública, y no es sólo una posición declarativa sino poner a disposición todo lo que pueda generar la universidad en materia de producción de conocimiento y desarrollo científico con lo que pueda contribuir”, explicó. Además de los dispositivos que la universidad pública tiene, que generan cierta incidencia en los ámbitos donde se toman decisiones importantes, por ejemplo el Consejo de la Magistratura, donde la Universidad Nacional tiene representantes.

“Que podamos tener allí una voz que defienda los intereses de la ciudad y la provincia de Santa Fe, en lo que hace a la Justicia Federal para atender el problema de la narcocriminalidad, es absolutamente importante”, señaló.

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