

Por Adrian Franco Pati
Según la EPH, casi la mitad de los hogares (48%) ya no cubre el mes con sus ingresos corrientes y debe desplegar al menos una “estrategia de emergencia”: 35,3% consume ahorros, 9,4% vende pertenencias y alrededor de un cuarto se endeuda. En los ingresos bajos predomina pedir plata a amigos/as, o conocidos/as (20,9%), mientras que en los sectores medio y alto crece con fuerza el endeudamiento con entidades financieras (hasta 17,5% y 15,6% de los hogares, respectivamente).
Los datos del BCRA muestran el reverso financiero del ajuste: entre junio de 2024 y julio de 2025 el monto real adeudado por personas humanas a bancos y financieras se duplicó (+100%, hasta los 60 billones de pesos), con unos 15 millones de deudores prácticamente constantes. El promedio de estas personas necesita debe casi 4 millones de pesos y requiere hasta 3 salarios para cancelar esas deudas.
Al mismo tiempo, la morosidad alcanza máximos desde 2010: 7,4% en tarjetas y 9,1% en créditos personales, y crecen fuerte los deudores en riesgo bajo, medio y alto.
En el modelo Milei, la combinación de salarios reales a la baja y tarifas reguladas en alza —por ejemplo, boletos de transporte público que se encarecieron entre 239% (colectivo) y 317% real (subte) y ya insumen más del 3% del salario privado registrado (el mejor pago) por solo 40 viajes mensuales— comprime el ingreso disponible.
Los hogares bajos quedan atrapados con deuda cara para gastos básicos, los medios se sobreapalancan con el sistema financiero y hasta los altos ajustan consumo. El “ordenamiento” termina siendo una transferencia regresiva: menos ingreso hoy, más deuda y mora mañana.
El gobierno debe encarar esta problemática, del lado de las familias.
Por Hernán Herrera, investigador coordinador del área de economía del Instituto Argentina Grande. IG @hernanpherrera











