El Gobierno desmantela el INTA despidos de investigadores con ventas de edificios y tierras

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El campo argentino, motor económico del país desde el siglo XIX, es reconocido por su desarrollo tecnológico avanzado que incluye drones, secuenciación genética, y sistemas de trazabilidad. Estas innovaciones han posicionado a Argentina como uno de los principales productores de alimentos a nivel mundial. Un actor clave en este progreso ha sido el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), un organismo autárquico con casi 70 años de historia, con presencia en todo el territorio nacional.

Sin embargo, la reciente asunción de Nicolás Bronzovich como nuevo presidente del INTA ha generado alarma entre sus integrantes. Tras la renuncia de su antecesor, Juan Cruz Molina Hafford, debido a desacuerdos con las políticas del gobierno nacional, Bronzovich parece estar impulsando un ajuste significativo en el organismo. Documentos filtrados han revelado planes de reducción de personal y una reestructuración de recursos que han causado gran preocupación entre los empleados del INTA.

Según los documentos que han circulado, el nuevo plan de gestión propone la eliminación de más de mil puestos de trabajo, la venta de tierras y propiedades del INTA, y una fuerte reducción en los gastos operativos, como viáticos y combustibles. Actualmente, el INTA cuenta con 6466 empleados, de los cuales 302 son mayores de 65 años, y más de 200 contratos ingresados en 2023 no serían renovados. Además, la mayoría del personal de la ‘Planta No Permanente’ podría ser afectado, lo que podría resultar en la pérdida de uno de cada seis trabajadores.

El malestar dentro de la institución es palpable, ya que los empleados se han enterado de estos cambios por filtraciones internas, sin comunicación oficial desde la llegada de Bronzovich al cargo. La falta de claridad y transparencia está generando gran incertidumbre. Mientras tanto, las medidas de ahorro también incluyen recortes en los gastos de vehículos, líneas telefónicas y servicios de limpieza, además de un plan de venta de tierras. Se prevé que el INTA ponga a disposición de la Administración de Bienes del Estado (AABE) 27,000 hectáreas en 20 estaciones experimentales del país, con planes de subasta para 2025.

La comunidad científica del INTA, ya afectada por los recortes en otras áreas como Conicet y la parálisis de proyectos de innovación, enfrenta un panorama desalentador. La falta de recursos y la creciente tentación de buscar oportunidades en el exterior hacen que el ambiente laboral sea cada vez más difícil. En este contexto, el Consejo Directivo Nacional, compuesto por representantes del sector industrial, académico y productivo, tendrá que evaluar y aprobar las propuestas del nuevo presidente.

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