La semana pasada el Gobierno publicó en el Boletín Oficial un decreto que sienta las bases para la implementación de las SAD, las Sociedades Anónimas Deportivas que impulsa Mauricio Macri, y que un sector del mileismo abrazó con espíritu bilardista, convencidos de que el buen momento futbolístico de Argentina a nivel mundial (campeones del Mundo y recientemente revalidados como campeones de América), puede ser el anzuelo para el ingreso de inversiones en ese rubro.

“Ni AFA ni sus entidades miembros se encuentran en oposición a las llamadas SAD (Sociedades Anónimas Deportivas) pero a lo que si se oponen es a que se la quiera obligar a tener que asociar a entidades con diferente estructura jurídica a la de sus actuales miembros", fue un fragmento de las justificaciones de la Resolución 15/2024 de la IGJ, que permite a partir del 1 de noviembre de 2024, la transformación de las Asociaciones Civiles en Sociedades Anónimas Deportivas. Y el Decreto 730/2024 estableció que "no se podrá impedir, dificultar, privar o menoscabar cualquier derecho a una organización deportiva" debido a su forma jurídica, ya sea una asociación civil o una sociedad anónima, siempre y cuando esté reconocida por la ley".

El documento tiene la firma del presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Justicia, Mariano Cuneo Libarona. Pero sería obra de Federico Sturzenegger, quien defendió públicamente la medida. "¿Por qué le tienen miedo a que sus socios elijan con mayor libertad cómo organizarse? ¿Por qué tienen miedo de que entren capitales al fútbol? ¿Tienen miedo de que con clubes más fuertes no podrán dominarlos? ¿Tienen miedo qué con mecanismos de gestión más transparentes aumentará el poder de los clubes en detrimento de la AFA?", fueron las preguntas que se hizo el ministro en su cuenta de X.

"Queda para la reflexión individual de cada uno entender y evaluar por qué la AFA le teme a la libertad de sus socios. Nosotros por el contrario estamos convencidos de los beneficios de la libertad y de la necesidad que tiene nuestro futbol de recibir más inversiones", agregó Sturzenegger. Claudio "Chiqui" Tapia, en oposición, había sostenido el pasado 19 de julio en X que iba a rechazar a las SAD para su participación en torneos locales. "En la AFA, sólo asociaciones civiles sin fines de lucro", posteó durante una reunión con el Comité Ejecutivo.

"Los cambios introducidos por el presidente Milei solo apuntan a dar mayor libertad a los socios. El club es de los socios, pero a partir de ahora esos socios podrán elegir con mayor libertad cómo organizar su club. Nadie impone nada. Solo se amplían libertades. (En España, por contrario, los clubes en el fútbol son obligados a integrarse como sociedades anónimas)", explicó Sturzenegger en el primero de los puntos que utilizó como reflexiones sobre el ingreso de las SAD.

Tapia es el gran escollo para Milei en la implementación de las SAD, y para el objetivo ulterior: conseguir que entren rápidamente dólares, ya sea por inversión directa a los clubes, como vía créditos de los países que tiene hoy particular interés en el fútbol. Entre ellos, por ejemplo, Arabia Saudita. Mauricio Macri tiene una relación frecuente con el país como presidente de la Federación FIFA y buena relación con el rey Mohammed bin Salman bin Abdulaziz Al Saud desde sus tiempos como presidente. E impulsa el vínculo que podría aportar el financiamiento externo que hoy necesita con urgencia el ministro Luis “Toto” Caputo, preocupado por el nivel de reservas en BCRA, y el contrareloj para el levantamiento del CEPO. 

El Fondo Soberano de Inversión Pública de Arabia Saudita (PIF) es uno de los más grandes del mundo. Sus activos que superan los 925.000 millones de dólares, pero sus inversiones fuera del reino son limitadas y destinadas solo a aliados. El gobierno planea una visita del propio Caputo en las próximas semanas, quien iría en compañía de Daniel Scioli, secretario de Deportes y aspirante a canciller, con el objetivo de lograr un acuerdo. Pero podrían surgir escollos. El país árabe pediría una morigeración del apoyo de Milei a Israel (el presidente se comprometió al traslado de la embajada argentina a Jerusalén), y la realización de algún acuerdo para la promoción del fútbol saudí: probablemente un encuentro con la Selección Argentina, con Lionel Messi a la cabeza.

 Arabia Saudita, que tiene ya a Messi como embajador turístico, es uno de los candidatos para acoger el Mundial 2034, y un gran inversor del balompié, con una liga que crece a pasos agigantados con la contratación de figuras de primer nivel: sus principales clubes, el Al Hilal, Al-Nassr, y Al Ittihad, se han convertido en menciones habituales de las páginas deportivas locales por la adquisición de jugadores como Cristiano Rolando o Paulo Dybala (sería nuevo refuerzo de Al Qadsiah).

 Messi y sus vínculos con Arabia Saudita
El embajador de Arabia Saudita en Argentina, Hussein M. Alassiri, ya destacó el interés de inversionistas saudíes en proyectos de extracción y procesamiento de litio, pero también en materia agropecuaria, energía verde y en Vaca Muerta. Para Argentina también, volviendo al fútbol, podría ser un socio que potencie la liga local y a sus clubes con finanzas en rojo: son varios los que podrían aceptar el desembarco ilusionados con sanear las cuentas y traer refuerzos de talla. Pero sin dudas cambiaría el sistema actual en un desbalance inicial al que Tapia y varios clubes de peso se oponen.