En la actualidad, hay en la Argentina más de 40 millones de usuarios de internet, lo que supone más del 87 % de la población. Un mayor acceso a esta tecnología lleva acarreado un incremento en la adquisición de productos y servicios en línea y, en consecuencia, un mayor uso de los medios de pago digitales.

Prácticamente desde que se comenzó a popularizar el uso de internet, se empezó a dar la posibilidad no solo de realizar pagos con los medios que ya había, como las tarjetas bancarias, sino de desarrollar nuevos medios digitales, como las billeteras electrónicas.

Estos medios no se utilizan solamente para adquirir productos, sino también para poder disfrutar de servicios en internet. De hecho, las plataformas que permiten transacciones monetarias, como las webs de poker online donde se juegan partidas con dinero real y es necesario tanto poder depositar como reintegrar fondos, o como los servicios de contenidos audiovisuales por subscripción que cuentan con distintos planes de membresía, fueron de los primeros negocios en cuidar y ofrecer una buena variedad de medios de pago digitales a sus usuarios.

Pero, sin duda, el gran salto en el incremento del uso de los medios de pago digitales se debió a la explosión del comercio electrónico o e-commerce, que en los últimos tres años se ha dado con especial fuerza en Argentina, sobre todo en las compras de las siguientes categorías: viajes, tecnología, alimentación, moda y hogar.

Según los datos que recoge el portal Statista, la facturación del comercio electrónico en Argentina durante 2022 fue de cerca de 2,85 millones de pesos; una cifra que supone alrededor de un 87% más en comparación con 2021. Esta tendencia se confirma en los primeros meses de 2023: en los seis primeros meses del año, el e-commerce en Argentina tuvo un incremento interanual del 125 % y facturó, solo en ese periodo, 2,4 millones de pesos.

El método de pago preferido por los argentinos para comprar en línea está claro: la tarjeta de crédito. Los últimos datos hacen referencia a 2021, aunque la tendencia sigue por el mismo camino. Ese año, el 76 % de las transacciones de e-commerce en Argentina se pagaron con tarjeta de crédito; en segundo lugar, se encuentran los pagos en efectivo con un 11 %; luego las tarjetas de débito (7 %) y, por último, las billeteras electrónicas y transferencias bancarias (5 %).

Se debe tener en cuenta que, aunque el dominio de las tarjetas de crédito es inapelable, últimamente se han desarrollado distintas aplicaciones que facilitan el pago con tarjeta, sin la necesidad de tenerla físicamente con nosotros o introducir los datos. Ejemplo de ello es la app Google Pay, que permite llevar la tarjeta en el celular y pagar directamente desde la aplicación.

Cada vez son más las facilidades para realizar pagos digitales y la oferta de medios diferentes. El Ministerio de Economía señala en su web los medios de pago digitales más asentados entre la población argentina. Además de las tarjetas de crédito y débito, también se recogen las tarjetas prepaga, que permiten realizar pagos dependiendo del dinero depositado en la tarjeta con antelación; las billeteras electrónicas, con las que se puede pagar sin necesidad de tener una cuenta bancaria, ya que se pueden asociar a una cuenta o tarjeta, pero también es posible recargarlas con dinero; las transferencias electrónicas entre dos cuentas, bien sean bancarias o virtuales; y el Home Banking, que es un servicio que ofrecen los bancos para llevar a cabo operaciones bancarias habituales de manera digital, sin tener que acudir al establecimiento.

Pese a que estos son los medios de pago digitales más populares, existen nuevas formas de pagar que, posiblemente, se conviertan en comunes en los próximos años. Una de estas opciones de futuro próximo serían los pagos biométricos.

La biometría se utiliza en la actualidad principalmente para la confirmación de pagos; así, a través de las huellas digitales o del reconocimiento facial, el usuario puede autorizar la operación. Sin embargo, en China, este reconocimiento biométrico ya se usa para realizar pagos con la palma de la mano; simplemente se tiene que pasar la mano por encima del lector, que identifica al usuario y efectúa el pago.