¿Quién tenía que ser sino? Un partido horroroso, propio de la Copa Libertadores, cortado, trabado, repleto de faltas, con dos equipos que, en el fondo, pensaban que el empate les podía valer. Unos por si en la última jornada se imponían a Arabia Saudí y a los otros por si hacían lo propio contra Polonia.

El resultadismo por encima de cualquier cosa, y los miedos a flor de piel. 22 jugadores peleándose por no perder hasta que apareció Leo Messi, quien no estuvo de diez pero con solo un fogonazo fue suficiente para sacar el partido de una tedio imperante. Así es Leo Messi. Es la ventaja de contar con el número 1 del mundo en tus filas aunque tenga ya 35 años.  

Con un control sensacional y un disparo con su firma fue suficiente para desencallar un encuentro y provocar que Argentina diera un paso de gigante para clasificarse para los octavos de final del torneo. Messi sacó a su país del apuro en el que se encontraba y liberó a una selección a la que los miedos maniataban. Empezó el torneo con una derrota pero el partido contra México sirvió para recuperar la tranquilidad con la que llegó a Doha pues acumulaba 36 partidos sin perder. Ahora Argentina vuelve a respirar tranquila y Messi ya está dentro en el torneo .