El proceso se extenderá durante toda esta jornada y la del martes, mientras para el próximo viernes 23 de septiembre está previsto que la también titular del Senado asuma su propia defensa ante el Tribunal Oral Federal 2.

Cristina Fernández es acusada por supuestas irregularidades durante la concesión de 51 obras públicas al empresario Lázaro Báez en la provincia de Santa Cruz entre los años 2003 y 2015, cuando tanto su esposo Néstor Kirchner primero, como ella posteriormente, asumían su función al frente del Ejecutivo.

Atendiendo a lo anterior, el pasado 22 de agosto, el fiscal Diego Luciani exigió que la vicepresidenta del país suramericano fuera condenada a 12 años de privación de libertad, y la consecuente inhabilitación perpetua para asumir funciones públicas.

Al conocer la decisión, Fernández recriminó la ausencia de pruebas en su contra, y denunció las violaciones que se cometieron a lo largo de los años que ha durado el proceso, por lo que solicitó ampliar su declaración indagatoria.

El pedido fue rechazado por el tribunal, por lo que la vicepresidenta transmitió en vivo desde la sede del Senado para detallar cómo el proceso en su contra ha estado caracterizado por los vínculos existentes entre funcionarios de Justicia y el expresidente Mauricio Macri (2015-2019), así como el rol de algunos medios de comunicación que construyeron un juicio fundamentado en la ficción.

Fernández también se refirió a las acciones de extorsión, espionaje y persecución de líderes sindicales por parte de los adeptos al macrismo, y recordó que los años por los que está siendo procesada fueron los mejores en el último tiempo para Argentina.

La exdignataria aseguró no estar arrepentida por el éxito que tuvo su gestión al frente del Ejecutivo, y manifestó estar preocupada por el intento de algunos sectores de disciplinar a la dirigencia política para que no se levanten líderes similares con propuestas de cambios y mejoras para la sociedad argentina.